Escribir en tiempos de IA: entre el algoritmo y la imaginación
“La escritura es lectura en ejercicio”, escribí hace años.
Hoy lo repito, pero esta vez con una interlocutora nueva: la inteligencia artificial.
Como la imprenta en su tiempo, la IA no solo transforma los modos de producir textos: amplía el acceso, abre la escritura a otras voces. Pero este gesto democratizador no está exento de preguntas.
¿Quién escribe cuando escribe una máquina? ¿Para qué escribir cuando la máquina puede imitarlo todo?
La diferencia está en la imaginación, que no es lo mismo que la creación artificial.
El algoritmo combina, predice, asocia.
La imaginación —como decía Ricoeur— transfigura. Nos permite mirar el mundo como si fuera otro, ver en lo dado una posibilidad distinta.
Por eso, escribir con IA no es renunciar al oficio, sino interrogarlo desde otro lugar. No para ser sustituidos, sino para recordar por qué escribimos:
para pensar, para conmover, para provocar, para resistir la inercia.
Este blog nace como espacio de reflexión crítica, como taller público, como bitácora de tránsito entre lo literario y lo técnico.
Aquí se explorará lo que la IA hace con nuestras palabras, pero sobre todo lo que nosotros decidimos hacer con ella.
Literaturas es el nombre. En plural. Porque este viaje no es solo mío.
Te invito a leer, pensar, disentir, escribir.
— Alejandra Mendé